martes, 10 de julio de 2007

Un origen guerrero

En el mito, la papa tiene un origen guerrero. Uno de los relatos andinos más difundidos cuenta que los pueblos antiguos de Huancavelica, derrotados en la guerra y castigados al hambre perpetua por los señores de la quinua, clamaron al Dios Sol por su liberación. El amo del universo les envió unas semillas redondas y abultadas con cientos de formas, que los famélicos humanos sembraron a la espera de sus frutos. Los dominadores permitieron en silencio el cultivo y al crecer y madurar la planta la cosecharon para sí sin dejar rastrojo sobre el campo. Los desfallecientes esclavos, al borde de la muerte, clamaron nuevamente a su Dios y este les ordenó rebuscar bajo la tierra. Con sus últimas fuerzas los oprimidos encontraron por primera vez el fruto de la papa con el que se alimentaron furtivamente y gracias a su poder nutritivo recuperaron su fuerza guerrera para finalmente derrotar a sus opresores.

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